Ver lo que hace la competencia quita el sueño a más de uno.
Lo comprobé hace unas días al publicar los 10 errores de copywriting que no puedes cometer en 2016.
Antes de publicar el artículo hice mi propia quiniela pensando que uno de los mayores errores sería el que aparecía en primera posición. Sin embargo, estaba equivocada.
Con los primeros comentarios (vía blog & emails) me di cuenta de cuál es el error que más duele y afecta a los pequeños empresarios y autónomos: el miedo a la competencia.
Me llamó la atención comprobar que volvía a aparecer este tema de conversación, porque con los alumnos de Escribir para vender no era la primera vez que hablábamos de ello.
De hecho, es una de las primeras preguntas que hago a un cliente antes de ponerme a trabajar con él. Simplemente para conocer cuáles son esas marcas contra las que compiten, aprender de sus errores y encontrar la forma de diferenciarnos.
Quizás tú también te hayas llegado a replantear cambios en tu web, mejoras en tus textos o nuevas formas de vender después de ver lo que ha hecho tu competencia.
Puede que también hayas sentido ese complejo de inferioridad en forma de pinchazo en la tripa.
Es un sentimiento normal y que todos hemos vivido.
Sin embargo, eso no nos puede quitar toda la energía del día. Nadie tiene tiempo para eso y, si lo tienes, deberías emplearlo en algo más productivo que repercuta de forma positiva en tu negocio.
Debes recordar que eres tan o igual de importante que el resto. Que, aunque veas que otros tienen más seguidores, una web más atractiva o una visibilidad mayor que la tuya, solamente estás viendo una pequeña parte de la dimensión real de ese negocio.
Tener competencia es mejor que no tenerla
Me di cuenta de ello hace ya dos años cuando en el sector del copywriting éramos cuatro gatos.
Al principio con algo de temor (como a todo lo desconocido) y luego con optimismo. Porque rápidamente me di cuenta de que si empezaban a aparecer más negocios de copywriting y creación de contenidos eso demostraba que la necesidad que estábamos cubriendo era evidente.
De forma natural esta nueva situación empezó a dar vida a nuestro sector y nos llevó a cada uno a trabajar mejor nuestro mensaje para diferenciarnos.
También nos permitió conocernos y estrechar lazos en un sector tan nuevo en el que, a día de hoy, sigue estando todo por hacer.
Siempre puedes aprender algo de los que trabajan en el mismo sector que tú. Pero, ¿realmente tenemos que estar constantemente mirando lo que hacen? Eso yo no lo tengo tan claro y, de hecho, esta cuestión suscita una guerra a dos bandas.
- El grupo A cree que debemos seguir muy de cerca lo que hace nuestra competencia para estudiar sus estrategias y adaptarlas a nuestro negocio.
- El grupo B piensa que espiar a la competencia no tiene demasiada utilidad y que deberíamos dedicar más tiempo a la innovación en nuestro negocio.
Como ves, la polémica está servida.
Soy de las que cree que debemos encontrar nuestro propio equilibrio
Por eso me centro en invertir más horas en mi trabajo que en ver lo que hacen los demás. Principalmente porque no tengo tiempo y segundo porque no veo lo veo tan necesario.
Por eso pienso que no hay que tener ningún miedo a compartir con los demás los mejores contenidos que tenemos.
Tengo alumnos, sobre todo en esta última edición del curso, que no se atreven a publicar o compartir su página con el resto de compañeros. Están constantemente en modo alerta mientras el tiempo pasa y el foco va perdiendo toda su intensidad. Me da mucha pena que ocurra esto.
Porque realmente pienso que cambiar tus pensamientos te ayudará a cambiar tu vida. El copypaste seguirá ahí, pero eso no nos puede dejar paralizados.
La mayoría de veces tú eres tu única competencia
La mayor competencia que he tenido desde que monté mi negocio fui yo misma.
Seguramente a estas alturas ya hayas oído hablar de mentalidad empresarial o el famoso mindset.
Hace unos años cuando escuché hablar de este concepto por primera vez hice oídos sordos como si eso no tuviera nada que ver conmigo. Necesité pasar por varias situaciones profesionales bastante delicadas para darme cuenta de que todas las decisiones que tomaba se basaban en la mentalidad fija que arrastraba.
- Vivía agobiada queriendo alcanzar la ansiada seguridad profesional.
- Tenía poca visión del tipo de empresa que quería crear.
- Esperaba a que alguien me dijese qué era lo que tenía que hacer.
- Era incapaz de decir NO a cada propuesta que llegaba.
- Sentía que no debía compartir con los de mi alrededor cada uno de mis logros para que no se sintieran mal.
- …
(La lista es interminable).
Hasta que llega un día en el que lees un artículo sobre este tema y empiezas a prestar atención. Porque te sientes idiota. Porque ves que no eres capaz de superar tus propios miedos o bloqueos. Porque quieres progresar.
Y de repente algo en ti hace «clic» y te das cuenta de que todos los hábitos que has ido adquiriendo a lo largo de los años son los que no te dejan avanzar.
Lidiar con la competencia puede ser uno de esos bloqueos de los que hablo y que, como hemos podido comprobar, paraliza a miles de pequeños empresarios.
Aunque trabaje cada día sobre mi mentalidad empresarial y por fin me sienta más convencida de las decisiones que tomo, siento que todavía hay un largo camino por delante.
Pero el trabajo interior en estos dos años ha sido inmenso, por fin:
- Entiendo realmente por qué y para qué tengo un negocio.
- Creo que sí merezco todo lo que consigo.
- Olvido el cómo y me centro más en el quién.
Es verdad, la vida te reta constantemente… Te exige que ajustes cada dos por tres la actitud, la perseverancia y la autoestima con la que te enfrentas a cada situación que te pone delante la vida.
Ahora es tu turno, ¿cómo te enfrentas a tu competencia y a estos bloqueos mentales del día a día? Me encantaría saberlo y poder debatir sobre ello.
Es hora de creérselo.
Hola Maïder,
Me encanta el artículo de esta semana, es de lo que te hacen pensar. En mi caso los bloqueos mentales están causados por una sensación de saturación de ideas. Me explico. Es como cuando un coche de competición arranca a todo gas y se está unos segundos sin moverse pero con las ruedas echando humo.
Cada día se me ocurren muchas ideas y tareas a desarrollar para avanzar en mi negocio personal, pero me bloqueo pensando que no tendré tiempo de hacerlo todo. Y si miro lo que hace la competencia, el agobio es aun mayor. Porque están a kilómetros de distancia.
Supongo que la solución es encontrar un punto de equilibrio y avanzar lentamente pero con firmeza. Cada paso a dar, que tenga una finalidad clara.
Gracias de nuevo por tu post. Por cierto, yo ya me apunté al curso de Laura hace tiempo. Tengo muchas ganas de que empiece.
¡Un abrazo!
Entiendo a lo que te refieres, Ernesto. A mí también me suele pasar y de hecho no me ocurre con la competencia pero sí con otros profesionales que hacen algo totalmente distinto, pero que complementa mi trabajo. Deja de pensar que no tienes tiempo y empieza a plantearte fechas en las que terminar de dar forma a esas ideas. Solamente así tendrás la sensación de avanzar.
Qué bien que ya estés apuntado al curso de Laura. La clase de ayer creo que hizo pensar a muchas personas. Un abrazo.
¡¡Hola Maïder!!
A mí me pasa un poco como a Ernesto, tengo saturación de ideas, algunas las he puesto en práctica y no han tenido mucha expectación y claro eso frustra un poco. Tu te imaginas que te va a llamar y escribir gente pero ná de ná.
Siempre suelo tener una mentalidad positiva pero llevó unas semanas un poco bloqueada, miro mucho a la competencia y tienes toda la razón hay que centrarse en mejorar tu trabajo y eso haré.
Encantada de leerte siempre y esperando con ganas el curso de Laura.
¡Abrazos!
Sí, sé lo que es. De hecho, ocurre incluso cuando escribes un post… Piensas que el artículo que acabas de escribir va a ser la bomba y de repente te das cuenta de que la gente no interactúa. Es un bajón, está claro.
Si estás realmente bloqueada estas semanas, te animo a que cierres todas las pestañas con las páginas de tu competencia y te pongas un calendario con todo lo que quieres hacer. Deja de mirarlos, eso te está haciendo sentirte pequeña y no te está permitiendo sacar hacia el exterior todas esas ideas que tienes. Un abrazo.
Hola Maïder,
Muchas de las frases que mencionas también son de las que «me suenan». La pega es que en mi caso, no tengo competencia estricta o directa, sino que son profesionales que hacen cosas parecidas o con enfoques muy distintos. Peor aun, hasta finales del año pasado no había acabado de definir qué hacía, qué ofrecía. Era algo como «analista de tendencias, investigación cultural, gestión cultural,…» lo que me salían propuestas para dar mucha conferencia (muchas gratuitas, que para eventos sin ánimo lucrativo yo encantada, pero donde hay pasta o promoción, pues como que no), y hacer planes de comunicación cuando en níngún lado ponía que yo hacía ese tipo de servicios. No tenía un referente claro que dijera «vale, estoy haciendo lo mismo que esta empresa o profesional y a este le está funcionando por tal vía para tener una idea».
Así que comencé a apretar en vez de abarcar mucho en cuanto a servicios, y poco a poco parece que todo va a mejor, por fin estoy recibiendo propuestas por la vía que me parecía ideal. Ya me han salido referentes también. Esas frases me las repetía pues al pensar que las empresas se iban a por otros tipos de profesionales que en tal caso harían competencia indirecta. Al final todo era cuestión de que estoy haciendo algo que en Reino Unido o EEUU es nuevo pero conocido, pero aquí sólo se sigue asociando a la moda, no al desarrollo de productos y marca.
Sí que es cierto que hay mucho de uno mismo en muchas ocasiones, en cuanto a ponerse trabas, y se nota en la manera en la que nos expresamos (yo al menos lo he notado, y tu artículo me ha servido para confirmarlo :) )
Un abrazo Maïder!
Qué bien que menciones a la otra competencia. Esa que no es tan directa y en la que no siempre nos fijamos. Me alegra ver que rápidamente te diste cuenta de que tenías que acotar mejor lo que querías ofrecer para recibir por fin propuestas que se ajustan a lo que estás buscando. Lo más importante es tener una propuesta de valor que destaque y un mensaje claro para el público que estás deseando captar.
Me alegra ver que este artículo te ha servido. Gracias, Elisabet y mucho ánimo. Un abrazo fuerte.
Interesante y muy útil, como de costumbre. Gracias, Maïder.
Da miedo la competencia y también da mucho miedo desmarcarse de la competencia. En nuestro caso, queremos vender magia pero saliéndonos de los cánones y estereotipos de los magos que se suelen ver habitualmente. Y da mucho véeeerrrtigo… Pero aquí estamos para creer en nosotros mismos y perseverar.
¡Un abrazo!
Efectivamente, salir de la zona de confort da vértigo. Mézclalo además con la adrenalina que todo esto genera, ¿no es la combinación perfecta? Para mí, lo es. Un abrazo, Manu.
Me ha encantado el post!
Y ya he hecho los deberes, estoy apuntada al curso de Laura.
La verdad es que creo que sí tenemos que mirar a la competencía, con respeto pero no con miedo. Pienso que de la competencia se puede aprender, sin dejarnos llevar por ese complejo de inferioridad que puede invadirnos a veces. Para mi la clave es «mi cliente ideal» que no tiene porqué ser identico al de mi competencia, y en ese matiz es donde debo desmarcarme y ser especial.
Un saludo!
Eso es, Ainhoa. De ellos se puede aprender, pero sin fustigarnos constantemente. Agradezco que hayas mencionado el tema del «cliente ideal» porque es uno de esos puntos claves que tenemos que destacar. Puedes tener mucha competencia y estar dirigiéndote a un tipo de persona al que nadie le ofrece una solución. Te hace ser especial, concreta y como bien dices, ese pequeño matiz te hace ser diferente. Un abrazo y gracias.
Gracias por el post Maïder!! La verdad es que mentiría si digo que no me fijo en la competencia. Sí, la observo de cerca y como se ha dicho en otros comentarios a veces me saturo de pensar en lo que tendría que hacer para desmarcarme, no veo de donde sacar el tiempo. Sin embargo, es algo con lo que tampoco me como la cabeza. Quiero decir veo que están haciendo cosas muy buenas, y que yo me voy quedando atrás y me hago pequeña… pero después me doy cuenta que por ahora me está yendo bien, aunque no es escalable, supongo que trabajando mi mindset veré qué es lo que quiero llegar a conseguir y que necesito para llevarlo a cabo. Porque puede ser que sea no hacer lo mismo de la competencia. Ah! Y estoy apuntadísima al training de Laura, deseando hacer el primer ejercicio. Un abrazo!
Si no te comes la cabeza, mejor que mejor. Mirándolo desde otro punto de vista pienso que si la competencia va por delante eso también es beneficioso. Lo veo en el sector de los contenidos como el mío. Cuando veo profesionales que se están desmarcando y están dando a conocer todavía más nuestra profesión el resto estamos ganando y eso es de agradecer.
Sobre lo que cuentas, en lo que sí tendrás que pensar es en la visión de tu negocio. Estoy segura de que el vídeo de Laura de hacer te ha hecho reflexionar más de la cuenta. Un abrazo, Sara y gracias por escribir.
Me encantó el post, Maïder. Cada vez escribes mejor! Además de eso, tocas uno de mis temas pesadilla. Meses! me ha costado conseguir identificarla. Y luego, cuesta otro ratito dejar de aco**narte porque son más grandes que tú. Cada vez que implementan un cambio me da el corazón un salto! Y así no se puede vivir,tú lo dices muy bien! Hay que estar enfocada y con todas las energías posibles para tirar adelante un blog que empieza! Así que de nuevo gracias, espero que sigas compartiendo más experiencias empresariales! Un abrazo
Gracias por tus palabras, Begoña. Olvídate por unos días de ellos y ponte con lo que tienes que hacer. Así es como arrancarás con tu negocio y tus ojos dejarán de viciarse con las ideas de otros. Un abrazo fuerte.
Un post estupendo como siempre, creo que escribir con sinceridad, pero sin olvidar el objetivo de lo que quieres explicar es fundamental, todavía estoy aprendiendo a redactar mejor y tus consejos me vienen genial., recibir nuevos comentarios es lo mejor
Un beso
Gracias, María Eugenia. Sí, de vez en cuando hay que escribir también este tipo de contenidos. Me doy cuenta que con muchos clientes pasamos una buena parte del tiempo hablando de estos temas. Nos preocupan a todos y en general, no siempre tenemos con quién hablar de ello. Un beso y que tengas un buen día.
Hola Maïder,
Primero felicitarte por la publicación. Realmente me ha inspirado a trabajar en la mentalidad empresarial. Creo que me ayudará bastante en mis proyectos.
Sobre la competencia, creo que como en la película «Burnt» uno de los actores le dice al protagonista, que es necesario que el exista. Por que los impulsa a superarse. El existir un competidor, te anima sin duda a ser mejor. Claro que uno también puede tener sus propias razones.
Un fuerte
Daniel
Por supuesto que es necesario que exista eso significa que lo que estamos haciendo es válido y necesario. Y sobre todo porque, como tú dices, te lleva a querer ser mejor. Gracias, Daniel. Un abrazo.
Hola Maïder. Leer tu post me recuerda que hace un par de años era de las personas que no solía platicar mis ideas por miedo a que me las robaran. Incluso me llegaron a aconsejar que cuidara eso porque la competencia podría adelantarse. Hoy ya no tengo ese problema, de hecho comparto las ideas porque es la manera que tengo para validar que soy clara y que realmente es de interés. Sin embargo, hoy tengo otros miedos que tienen más que ver con lo que dice Laura en su primera lección: merecer lo que quiero. Creer que soy capaz de eso y más. Y me pasa más que veo que la competencia a veces lleva a cabo las cosas que yo he hecho y ahora me pongo contenta, porque quiere decir que puede ser un referente en las cosas que hago. E incluso aprender de mi competencia para mejorar mi desempeño.
Me alegra leerte, Johana. Ver ese cambio de mentalidad en ti seguro que inspira a otros que pasarán por aquí. Conozco la creencia de «yo no merezco esto o aquello». Encabeza mi lista de miedos y me ha frenado en muchos casos.
Haces bien en aprender de la competencia y en seguir adelante con tu forma de hacer las cosas. Un abrazo y gracias.
Ayer hablé con una amiga y mentora sobre este tema. Lo que me influye son las actividades que realizan las personas con quienes me formé. Tiendo a imitarlos y a resistirme a hacer cosas diferentes. Luego me pasa que a otros competidores los veo muy avanzados y me siento mal por eso. De todas maneras sigo accionando y aprendiendo, soy experto en hacer cosas con la mayoría en desacuerdo, pero esas cosas me generan incomodidad y creo me quitan efectividad. Hermoso articulo y bellamente alineado con el curso de Laura. Lo haces muy bien. Besos.
Entiendo a lo que te refieres, Andrés. Creo que sobre todo al principio, todos tendemos a imitar a las personas que nos han ayudado. Una vez que te das cuenta de ello es importante tomar cierta distancia y encontrar tu propio camino. Gracias por tu mensaje, un abrazo.
Kaixo Maider,
Muy buen post, me siento muy identificada. Yo noté un cambio muy grande en mi forma de trabajar cuando empecé a verme a mi misma como mi mayor competencia. Competir hoy contra tu «yo» de ayer es lo que te hace mejorar día a día.
Muxu bat!
Eskerrik asko, Ainara!
Sí, creo que todos hemos pasado por alguna de las fases que describo en este artículo. Nosotros somos nuestros peores enemigos y tenemos que verlo antes de entrar en el bucle de «yo no me lo merezco, yo no puedo, etc.». Muxu bat!
¡Hola Maider!
Me encanta leer tus post!
La verdad es que si estamos muy pendientes de la competencia nos puede llegar a generar ansiedad por querer alcanzar sus mismos logros y cifras.
Creo que hay que centrarse en lo que somos y lo que queremos plasmar. Ser auténticos y buscar nuestro equilibrio. El miedo por hacerlo mal y creer que no le llegamos a la audiencia nos limita a crear en ocasiones.
Te agradezco el post, me viene genial porque yo misma ahora paso por un bloqueo creativo y estoy buscando que mi balanza se equilibre. Fíjate, en casa de herrero cuchara de palo. Jajaja. Un beso??
Qué bien, Carmen. Me alegra leerte. Nuestras emociones nos pueden pasar factura en nuestro negocio. Yo hasta este año nunca lo había visto tan claro. Ánimo con todo. Un beso enorme.