Sin creatividad no hay inteligencia artificial.
Eso es lo que me dije la primera vez que abrí ChatGPT y descubrí lo mucho que esta tecnología pondría patas arriba nuestra vida.
Sentí ilusión por descubrir algo nuevo, desconcierto y también incertidumbre. Lógico cuando te encuentras frente a un superhumano que escribe mejor que muchas personas que conoces.